El silencio devora mis ojos y sin saber por qué, me siento ansioso.
Es lunes.
No para de llover y vuelvo a darme cuenta de que la promesa de escribir aquí a diario no ha sido cumplida. Supongo se trata sólo de un arrebato más. El de la rutina, el tráfico, el despertador arrebatándole los textos a este espacio silente que, mientras lees, te arrebata el silencio de los ojos…
Hace 2 años
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