martes, 29 de julio de 2008

Arrebato en tres partes (Parte II)

Posado sobre la urna donde yacen los restos del Príncipe Valiente, el cuervo observa al rey tuerto llorar. Fue él mismo quien le arrancó el ojo al monarca, pero sólo después de que éste le arrebatara las alas por miedo a que la profecía se cumpliera; aquella que predice la caída del reino el mismo día en que deje de haber al menos un cuervo habitando en el castillo.

Posado sobre la urna donde yacen los restos del Príncipe Valiente, el cuervo observa al rey tuerto llorar. El pajarraco no puede evitar preguntarse si el rey llora de tristeza, de risa o de la ira que le provoca ver al bufón danzar como un desquiciado, con su ojo atado al zapato como si fuera un cascabel.

lunes, 28 de julio de 2008

Arrebato en tres partes (Parte I)

El bufón le arrebató al cuervo el cascabel sin saber que éste era, en realidad, el ojo del rey. Lo amarró a la punta de su zapato y danzó como un desquiciado hasta el amanecer.

“Cuidado. Te he estado observando y eso no es gracioso,” amenazó el monarca la madrugada siguiente, justo antes del amanecer, cuando el bufón se apareció en el castillo con la hipócrita intención de hacerlo reír. Pero el bufón estaba tan entretenido con el repiqueteo que ocasionaba el ojo real en la punta de su zapato que no escuchó su voz (ni tampoco notó que ahora un parche cubría parte de su rostro)…

jueves, 24 de julio de 2008

Llegó...

La libertad llegó luego de 216 horas.
Los rostros cambiaron.
Algunos sonrieron. Los otros también.
La libertad llegó luego de 216 horas.

P.D. Ayer Mets 6 - Phillies 3. Hoy Mets 3 - Phillies 1.

Algunos sonrieron. Los otros también.

miércoles, 23 de julio de 2008

Mejor el olvido...

Mejor el olvido de Quinn que la novena entrada de ayer.

Los Mets ganaban 5 – 1. El partido terminó 8 – 6 en favor de los Phillies.

Dolorosa derrota. Como para desaparecer.

Amén.

martes, 22 de julio de 2008

A muerte...

Cito a Paul Auster (o quien sea el verdadero narrador de City of Glass):

“So many things were disappearing now, it was difficult to keep track of them. Quinn tried to work his way through the Mets’ lineup, position by position, but his mind was beginning to wander. The centerfielder, he remembered, was Mookie Wilson, a promising young placer whose real name was William Wilson. Surely there was something interesting in that. Quinn pursued the idea a few moments but then abandoned it. The two William Wilsons cancelled each other out, and that was all. Quinn waved good-bye to them in his mind. The Mets would finish in last place again, and no one would suffer.”


Inquietante. Sobre todo siendo fan de los Mets.

Hoy el equipo inicia el duelo a muerte con los Phillies para ocupar el primer lugar de la División Este de la Liga Nacional.

Y como Quinn ya no lo puede pensar, decir, ni escribir, yo lo pienso, lo digo, lo escribo por él: "Let’s go Mets!".

lunes, 21 de julio de 2008

No lo vi, pero ahí estaba

Esposado, con las manos en la espalda y el corazón hecho un moretón. Los pies encadenados a una pena ya impuesta. Miraba de un lado al otro, como esperando que alguien le dijera: “¡Despierta! Estabas soñando…”. O quizás: “Puedes irte, todo fue un error”. Y aunque esperaba palabras, éstas no llegaban.

No lo vi, pero ahí estaba.

Dicen que con unos zapatos del 10 aunque en verdad calza del 7 ½. Nudo en la garganta y coraje en los puños. Apretados. Un hombre inocente. Encerrado.

Ahí estaba, pero ni yo ni nadie más pudimos verlo.

Los pendientes laborales, los correos electrónicos, los próximos lanzamientos, los contratos, los eventos, las renuncias, las contrataciones nos cegaban.

Nos ahogaban.

Nos encarcelaban en el silencio de no poder verlo…